El garbanzo castellano tiene un grano de tamaño medio-grande. El color de este varía entre el ocre y el amarillo pálido. De forma esférica y con un prominente pico curvado. Su piel es arrugada aunque al cocinarse se vuelve muy fina y suave. Es un garbanzo con mucha versatilidad, utilizado tanto en guisos, potajes, guarniciones y ensaladas.